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Un viaje en velero con Dani Ballart
De un viaje postolímpico a cómo gestionar los 'off the record'
Sin quererlo, Dani Ballart nos regaló el título del primer capítulo y una parte importante de la estructura de 'Eterno Rollán'. El recurso era empezar cuando la historia ya estaba muy avanzada, situarla en el medio acuático y después parar, empezar por el principio y acabar en otro velero en un relato circular.
Con Dani nos encontrábamos en la cafetería del CN Sant Andreu. La primera vez fue una mañana de primavera, en aquella terraza del popular club, en el que él era el entrenador del equipo femenino. El Sant Andreu es un club de barrio, de los de siempre. Se entremezclan jubilados que van a jugar algunos partidos de tenis o hacer unos cuantos metros en la piscina, con nadadores de nivel, muchos de ellos tutelados por Jordi Jou, entrenador entre otros de Jessica Vall o de África Zamorano.
En cuanto Alberto le propuso la idea de vernos para hablar de Jesús, Dani aceptó, pero en la conversación vimos que iba con el freno de mano puesto. Nos iba dando detalles, pero no muchos; nos animaba a seguir buceando en la historia, pero era evidente que se guardaba muchas cartas bajo la manga.
Nos habló de cómo se enteró de la noticia del suicidio de Jesús, de la última etapa como jugador de Rollán en el Sabadell, club en el que coincidieron, de las lesiones, de cómo prepararon los Juegos de Atenas, de la retirada y de los problemas mentales de su amigo. Cuando intentamos profundizar en este último tema, Dani se cerraba en banda: "Yo vivía de espaldas a todos los problemas, era el pequeño y no distinguía según qué situaciones".
Después de aquella primera conversación con Ballart -hubieron otras-, y de la que habíamos mantenido anteriormente con Sergi Pedrerol, nos dimos cuenta de que teníamos que cambiar el registro. Tendríamos que respetar los 'off the record' para que la historia progresara, dejar de lado las citas textuales y confrontar las versiones sobre una determinada cuestión hasta dar con lo que más se acercara a la realidad.
Repasando las notas de aquel primer encuentro, nos llamó la atención lo que Dani nos contó sobre un crucero que días después de los Juegos de Atenas (2004) compartieron unos cuantos protagonistas del waterpolo masculino y femenino español, entre ellos Ballart, Jennifer Pareja, Raquel Corral, Jesús Rollán y su pareja, Leticia. En aquel barco también estaba Sara Domínguez. Después de quedar con ella en un Santagloria en Granollers, Alberto y yo tuvimos claro que aquel velero sería el medio que nos iba a transportar hacia el resto del relato...
“El mar tiene esas cosas: todo lo devuelve después de un tiempo, especialmente los recuerdos”. Carlos Ruiz Zafón
1- Los ojos del pez
-“Ha picado, ha picado”, gritó Jesús Rollán en la popa del barco, en algún lugar recóndito del Mar Egeo…